Sobre el Bordado Digitalizado

Nos hemos dado cuenta de algo cuando decidimos lanzar esta aventura: el bordado digital, muy habitual en el «Branding» empresarial, es muy poco conocido en España, y entre el público general. Además, se aprovecha muy poco su enorme potencial para el bordado artístico.

Estamos viviendo una revolución en los medios y materiales disponibles para los artesanos y artistas, y a menudo hay discusión sobre lo que es artesanía y lo que no. Es indudable el valor tanto artístico como cultural de una prenda bordada a mano, y todos tenemos en mente la imagen de la costurera con hilos y agujas, dedales, alfileres y grandes dosis de paciencia. Nuestra primera tentación es pensar que si se borda a máquina, se pierde esa magia. Déjame que intente cambiar tu punto de vista.

El mundo ha cambiado, vivimos entre impresoras 3D, sistemas de corte láser, y cientos de proyectos DIY, que son nuevas formas de artesanía digital. En particular, está en nuestra mano una enorme variedad de técnicas de marcado para personalizar prendas textiles, y todas nos permiten ser más creativos. Especialmente se utiliza desde la serigrafía clásica, hasta modernos métodos de impresión digital. De todos ellos, el más antiguo y el que mejor se ha adaptado a las tecnologías, es el bordado.

Se borda desde el antiguo Egipto, desde hace más de 6.000 años, antes de que fuera posible el estampado o la impresión sobre tela, y se encuentran bordados desde Asia hasta la América precolombina, con especial relevancia en las culturas persa, árabe y bizantina.

No es la técnica en sí, sino el motivo bordado y los múltiples efectos del hilo, lo que ha sido utilizado como técnica para diferenciar y crear una identidad (tan visible en trajes regionales, ceremonias religiosas, vestimentas militares, fiestas tradicionales, etc…), diferenciar grupos y clases, marcar poder o estatus.

Hoy día el bordado, a pesar de seis milenios de transformaciones sociales, técnicas e históricas, continúa siendo una técnica para diferenciarse y personalizar, pero con un matiz mucho más físico y táctil, y con un bagaje histórico que implica mayor prestigio, elegancia, y un vínculo con la tradición milenaria. Además son más duraderos y sus colores más resistentes a uso, desgaste y lavado que la impresión.

Aunque las bordadoras automáticas han multiplicado lo que permite hacer la técnica, tienen el problema de que una bordadora no interpreta imágenes, sino patrones de puntadas, y el artesano o artista debe generar un diseño de puntadas que produzca el efecto deseado, con un número limitado de hilos.

Mientras navegas por nuestro catálogo o piensas en cómo te gustaría personalizar tus prendas, recuerda toda esta historia.

Ahora que ya conoces un poco más sobre la historia y la técnica del bordado, anímate a echar un vistazo a los productos textiles de nuestro catálogo y personaliza tus prendas con bordados. Ideales para equipaciones deportivas, uniformes, complementos, etc.

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